El científico Francés Serge Hercberg, creador de Nutriscore ha afirmado "Es bueno que se vaya a mejorar la nota del aceite de oliva, pero no es legítimo que tenga la A, porque, como el de colza, son 100 % grasa"

El científico Francés “eminencia” de la nutrición en Europa, ha hecho un balance en una entrevista con EFE sobre NUTRISCORE, un sistema de etiquetado frontal de alimentos que lleva suscitando bastante debate por el gran número de detractores, así como personas a favor de él mismo. Cuando algunos dicen que es una herramienta fabulosa, otros (nosotros entre ellos) consideran el sistema confuso, incompleto e inútil para la labor que se ha creado.

Os recordamos este artículo de nuestro blog previamente publicado.

El investigador francés resalta que las notas nuevas de Nutriscore serán publicadas a mediados de 2023 y serán más precisas: Mejorarán al aceite de oliva (a secas) o los pescados grasos y degradará a los cereales de desayuno ricos en azúcar y las carnes rojas.

Hercberg afirma "El NutriScore incomoda a ciertos intereses económicos, a ciertos estados también, como a Italia, que hacen una presión tremenda para frenarlo o para retirarle su esencia". El etiquetado que propone su sistema es una escala de A hasta la E con color verde al principio y rojo al final, clasificando en ese orden de alimentos más sanos a otros que son menos. Muchas marcas lo han incluido obligadamente en sus etiquetas.

Está satisfecho con su impacto "Se basa en datos científicos acreditados, los consumidores lo aprueban y, aunque tenga sus límites, es capaz de influir en la selección del consumidor y en su estado de salud a medio-largo plazo".

Este señor declara estar recibiendo presiones de grandes marcas de alimentación y multinacionales, así como grupos políticos, con Italia y su presidenta Giorgia Meloni a la cabeza. Cabe destacar que Italia, no solo ahora con Meloni, sino antes, ha sido al país que más ha presionado en contra de la instalación de Nutriscore, en tanto en cuanto atenta contra los intereses de muchos alimentos mediterráneos, como los quesos y la charcutería, pero también el AOVE.

El señor Hercberg reconoce que su sistema tiene limitaciones (no hay cantidad recomendada, no castiga ultraprocesados con respecto a lo fresco o no valora si contiene pesticidas un alimento), pero sigue considerando que es el más completo para informar al consumidor de manera “clara y sintética”. (Algo de lo que no podemos discrepar más desde el sector del aceite de oliva y nuestra empresa en particular)

LAS MÚLTIPLES PARADOJAS DE ESTE SISTEMA, COMPARACIONES CON EL ACEITE DE OLIVA

Algunas casas que producen cereales de desayuno con mucho contenido en azúcar clasificados como C, ahora tras reformular los productos reduciendo el azúcar y añadiendo fibra ya resultan A. Según el investigador “Por un lado, se demuestra que los industriales pueden mejorar sus productos y por otro, una buena clasificación de algunos no puede confundir a los consumidores. El nuevo algoritmo apoyado por un comité científico penaliza más los productos salados y azucarados y los cereales de desayuno no pueden tener una A” (Esto sigue sin convencernos, al final reformulando levemente podrán enmascarar un ultraprocesado como A y no nos engañemos unos cereales azucarados con harina refinada no podrán nunca ser más sanos que un café, con una pieza de fruta y una tostada con AOVE, pero las frutas y el pan que se compran a granel no llevan etiqueta… Eso sí, el AOVE llevaría C con el anterior algoritmo y B con el nuevo…)

Y es eso, el nuevo sistema sube, el Aceite de oliva (igual si es Virgen Extra o refinado, esto daría también para discusión…) cube de C a B en la clasificación, situándose en el segundo nivel de alimentos más saludables.

Hercberg reconoce los beneficios de este alimento mediterráneo, pero según su criterio no puede ser A nunca porque es 100% grasa. Afirma "Leo mucho en la prensa española que el sector del aceite de oliva quiere clase A. Me pregunto, ¿es el sector económico el que decide cómo clasificar un producto o son los científicos? Mañana Coca-Cola dirá que quiere un A o un B y la Nutella del grupo Ferrero que quiere una mejor evaluación" (Los ultraprocesados de las grandes empresas son precisamente quienes más se benefician de este sistema, en detrimento de alimentos sanos y artesanales, además un AOVE no es 100% grasa, tiene cantidad de polifenoles y sustancias saludables que lo hacen un alimento completo…)

Visto todo esto no cabe más que reafirmar lo que ya pensamos y no podemos más que estar de acuerdo al máximo con el resto de nuestro sector ¿Acaso no es lícito que un sector defienda sus intereses? Además, cuando está avalado por miles de estudios científicos que demuestran que es un alimento muy saludable y el centro de la dieta mediterránea, considerada consistentemente la más saludable del mundo por años consecutivos.

Es inaceptable en sí este sistema, ya no porque clasifique el AOVE al nivel de otros aceites de menor calidad y/o propiedades saludables, tampoco porque como empresa o sector nos perjudique, sino y más importante porque es un sistema vano, carente de sentido común, basado en un algoritmo que usa balances de macronutrientes obsoleto y propio del pasado y "PORQUE NO FUNCIONA PARA LO QUE HA SIDO CREADO, NO BENEFICIA AL CONSUMIDOR NI LE APORTA NADA QUE NO PUEDA HACER LA ACTUAL TABLA NUTRICIONAL OBLIGATORIA". Esperamos que la UE no lo acepte ni lo estandarice, es más, se debería prohibir su uso, como ya ha hecho Italia.

Así que NO, señor Hercberg, no estamos de acuerdo con usted, algo de humildad y escuchar a otros colegas no le vendría mal, pero sobre todo le vendría bien desayunar con AOVE cada mañana y retirar Nutriscore de inmediato.