Un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona, en concreto la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación, el Campus de la Alimentación de Torribera y el Instituto de Investigación en Nutrición y Seguridad Alimentaria (INSA) han presentado una potencial herramienta para autentificar el origen geográfico del aceite de oliva virgen extra.
El estudio se ha publicado en las revistas Food Chemistry y Food Control, además la investigación está en la línea de verificar la autenticidad y prevenir el fraude alimentario. En el estudio ha colaborado también el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA).
"La nueva metodología permite discriminar entre los aceites de oliva vírgenes producidos en la Unión Europea y los que no lo son, además de clasificarlos de acuerdo con el país de origen y verificar qué aceites son los que pertenecen a denominaciones geográficas protegidas de una misma región o incluso adyacentes", según las investigadoras Stefania Vichi y Alba Tres, coordinadoras de la línea de investigación.
"La piedra angular de una herramienta de autenticación eficiente es que se fundamente en marcadores analíticos robustos. En el caso de la autenticación geográfica del aceite de oliva virgen, los marcadores deben depender mayoritariamente de la variedad del olivo y su área de cultivo, sin que estén influidos de forma significativa por otros factores relacionados con el proceso de extracción o conservación del aceite", ha reseñado la investigadora Beatriz Quintanilla-Casas (UB-INSA), primera autora de los estudios.
"Los hidrocarburos sesquiterpénicos presentes en el aceite de oliva virgen cumplen los requisitos anteriores -ha continuado la experta- y son marcadores geográficos robustos de este producto comercial. Además, como son compuestos semivolátiles, pueden analizarse fácilmente mediante una técnica analítica muy utilizada -la cromatografía de gases acoplada a la espectrometría de masas- con una previa microextracción en fase sólida, un procedimiento relativamente rápido y automatizable que no requiere uso de disolventes".
El protocolo identifica los aceites de oliva vírgenes a través de un fingerprint (o huella digital) que opera de manera similar al reconocimiento inequívoco de las personas mediante huellas dactilares. "En este caso -ha explicado la investigadora Stefania Vichi-, la huella digital sesquiterpénica se utiliza para desarrollar modelos de discriminación geográfica que permiten identificar aquellos aceites que presentan una señal analítica muy distinta a los considerados de referencia".
La innovación de esta propuesta es que los marcadores utilizados hasta ahora no permiten detallar con exactitud el origen geográfico del producto. Sin embargo, usando este método cuyo protocolo usa métodos analíticos disponibles en los laboratorios de control, es fácil que se pueda tener acceso a esta información sin un coste elevado y accesible al sector.
Surge así una técnica novedosa de determinación del origen, que de ser fiable podría ayudar a garantizar el origen del AOVE y que se corresponda con las variedades y zonas productivas indicadas en la botella, lo cual cobra máxima importancia para los aceites con DOP protegida.