El ministerio de agricultura, pesca y alimentación ha hecho una revisión a la baja de la previsión de cosecha de aceite de oliva para la campaña 22/23 a 773.881 Tn.
Son datos aún preliminares, pero esto supone un descenso del 48% con respecto a la campaña 21/22 donde hubo 1.473.000 Tn aproximadamente. Esto supone un importante descenso de disponibilidad de producto y una consecuente subida de precios en origen que sigue al alza conforme avanza la campaña.
Por comunidades autónomas, Andalucía seguirá liderando la producción, pero con importantes descensos, alcanzará las 587.000 Tn (-48,9% con respecto a 21/22), de las que se estiman 200.000Tn para Jaén (-59,9%), 158.000Tn para Córdoba (-47%), 90.000 Tn para Sevilla (-35,10%), 70.000 Tn Granada (-40,90%), 40.000 Tn para Málaga (-30,20%), 10.000 Tn para Huelva (-18,40%), 10.000 Tn para Almería (-25,20%) y 9.000 Tn en Cádiz (-19,06%).
Estos datos de aforo coinciden con los de la Junta de Andalucía para esta campaña, que también estima 587.000 Tn. Esta campaña tan baja viene dada por condiciones desfavorables para el olivar debido a la sequía y falta de dotaciones de riego en la mayor parte de zonas productivas.
Además, hay un gran % de frutos que están dependiendo su viabilidad de las lluvias otoñales que de momento han sido escasas en todas las zonas de Andalucía.
En cuanto a otras regiones, el MAPA estima 77.270 Tn para Castilla la mancha (baja con respecto a la primera revisión -38,8% con respecto a 21/22), 56.200 Tn para Extremadura (-52%), 21.325 Tn para Cataluña (-41%) y 9.222 Tn Comunidad Valenciana (-57,5%). Estas regiones son las que revisan a la baja la producción total en esta segunda tanda.
Opinión:
No cabe duda que esta cosecha 22/23 es atípica por muchas razones y que va a haber mucha tensión en el mercado. La oferta se mantendrá firme en precios altos y la demanda comprará con cuentagotas. Además, el consumo tendrá que hacer frente a PVP muy elevado en general y es posible que este caiga a cifras bajas conforme el precio suba y haya trasvase a otras grasas comestibles.
Por otro lado, las importaciones de terceros países serán importantes para los grandes grupos que intentarán abaratar costes y tensionar la oferta en origen a la baja.
También las exportaciones pueden decidir el ritmo y realidad que ocurra, dado que si se mantienen altas puede faltar producto o llegar al enlace con muy cortas existencias y esto sí que puede mantener los precios al alza.
Esta situación va a redundar en la rentabilidad del sector, porque además la industria y el campo van unidos a la inflación en el coste energético, en el gasóleo y en los costes generales de acondicionado del producto, tales como envases, cartón, embalajes, transportes, etc. Además, en almazaras que molturarán menos cantidad de kg con respecto a lo habitual…
Por lo tanto, entiendan que el aceite de oliva virgen extra (y todas las demás calidades inferiores) este año elevará su precio a cotas mayores de las nunca vistas y que esto se basa en una realidad productiva y no necesariamente en especulación.