Según los resultados de los estudios Predimed y CordioPrev, se puede afirmar que el consumo de aceite de oliva virgen y virgen extra reduce el riesgo de sufrir un accidente vascular, infarto o accidente vascular cerebral, entre otros beneficios para la salud.
La investigación acerca de las propiedades saludables de los aceites de oliva comenzó hace 60 años, con el trabajo de Ancel Keys y Grande Covián. Este estudio realizado en siete países demostró que la población que consume grasas insaturadas, sobre todo aceite de oliva (ácido oleico), tenían menos episodios de infartos de miocardio y menor índice de colesterol en sangre. Desde entonces, las investigaciones se han multiplicado, y ya hay más de 20.000 trabajos publicados en el mundo acerca del tema.
Hasta hace 30 años, se pensaba que el ácido oleico, la principal grasa en el aceite de oliva, era el mayor responsable de los beneficios para la salud. Sin embargo, estudios recientes han demostrado, con pruebas concluyentes, que son los componentes minoritarios del aceite de oliva virgen los principales responsables, complementando los beneficios ya conocidos del propio aceite de oliva y el ácido oleico.
Numerosos trabajos demuestran que el aceite de oliva virgen tiene un efecto beneficioso sobre todos los factores de riesgo cardiovascular y ejerce un efecto protector sobre las arterias, conocido como protección endotelial. Esto sucede por su efecto antioxidante, efecto hipotensor, efecto antiagregante plaquetario y anticoagulante.
El AOV, además, previene la diabetes, eleva el colesterol “bueno” HDL, protege el endotelio (ya mencionado anteriormente) y se le confiesa un efecto antitumoral. Es más, no se ha explorado ningún campo de la salud donde el consumo de aceite de oliva suponga algún efecto perjudicial.
Faltaba un último paso para demostrar la evidencia científica/clínica: el consumo de aceite de oliva virgen y virgen extra reduce el riesgo de sufrir un accidente vascular, infarto o accidente vascular cerebral. Esto se ha demostrado en los últimos 10 años, gracias a doce ensayos clínicos sobre dieta mediterránea y aceite de oliva virgen, relacionando con las enfermedades cardiovasculares: los estudios Predimed y Cordioprev.
Predimed, un estudio dirigido por Ramón Estruch y publicado en la revista New England en 2013, estudia la denominada prevención primaria: pacientes con factores de riesgo vascular (diabetes, HTA, hipercolesterolemia, obesidad) que todavía no han sufrido un accidente vascular. El seguimiento durante cinco años de más de 7.500 pacientes demostró que la Dieta Mediterránea con aceite de oliva virgen reducía en un 30% el riesgo de sufrir un infarto o morir frente a los que consumían una dieta baja en grasas y rica en hidratos de carbono complejos, que era la que hasta ese momento aconsejaba el panel de expertos americano y los países anglosajones.
Por otro lado, en mayo de 2022, el grupo del Hospital Reina Sofía de Córdoba y el IMIBIC (Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba) demostró definitivamente el efecto protector del aceite de oliva en los pacientes que ya habían tenido un infarto - lo que llamamos prevención secundaria -. Se trata del estudio CordioPrev, publicado en la revista de referencia científica Lancet.
Durante 7 años, el estudio Cordioprev siguió a 1002 pacientes que habían sufrido un infarto el año anterior. Aquellos que adoptaron la dieta mediterránea con aceite de oliva virgen experimentaron un 27% menos de nuevos infartos o muertes. Para los hombres, el grupo más grande de pacientes, esta cifra aumentó al 33% en comparación con aquellos que seguían una dieta baja en grasas, recomendada por médicos hasta ese momento. Además, cuando se combinaron los medicamentos como AAS, estatinas y betabloqueantes, la protección fue aún mayor.
“Hoy podemos afirmar de manera rotunda que el aceite de oliva virgen es la mejor grasa que puede consumir el ser humano; mejora todos los factores de riesgo cardiovascular y posee un potente efecto antioxidante y protector del endotelio de nuestras arterias. Pero también tenemos la certeza de que la magia del aceite de oliva se debe mayoritariamente a sus componentes minoritarios: polifenoles, VIT, escualeno, etc.”, según el doctor Fernando López Segura (médico internista del Hospital Reina Sofía, profesor de Medicina Interna de la Universidad de Córdoba (UCO) e investigador del IMIBIC, quien está detrás de estas declaraciones).
“Por lo tanto, el gran reto para el futuro del sector olivarero, en el que debe centrar todos sus esfuerzos, es producir cada vez más aceite virgen, y especialmente virgen extra, ya que los otros aceites refinados solo poseen los beneficios que aporta el ácido oleico, que son menores. El concepto de calidad en los aceites de oliva, desde el punto de vista de la salud, radica en la producción de aceite virgen. La ciencia es imparable y no vamos a engañar a nadie, los consumidores están cada día más informados de estos conceptos”, apostilla López Segura, residente en Córdoba donde ejerce su profesión, pero nativo de Uleila del Campo, Almería, un pueblo muy cercano a Tabernas. Nos enorgullece enormemente la trayectoria de un ilustre paisano, que ha dedicado su vida a la investigación en medicina.