Un equipo de investigación de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la Universidad de Coimbra (FCTUC) he realizado un estudio sobre como la diversidad de paisaje en el olivar reduce la potencialidad del ataque de la mosca del olivo.
El estudio evaluó la influencia del paisaje en la dinámica de Bactrocera oleae (mosca del olivo), al parecer es posible una nueva estrategia sostenible para reducir esta plaga, una de las más prevalentes en la Península Ibérica y el mediterráneo, reduciendo los costes y perdidas que esta genera. Se realizó el ensayo de dinámica de población en diferentes usos del suelo de un paisaje típico de olivar en el Centro de la región de Portugal, en la zona de Idanha-a-Nova.
Daniel Paredes, primer autor del artículo científico publicado en el Journal of Pest Science, indica que el objetivo del estudio es comprender la «influencia de la composición y estructura del paisaje en la dinámica de la plaga, más concretamente evaluar la posible aprovechamiento por parte de la plaga de zonas que no son olivar y evaluar la influencia de estos diferentes usos del suelo sobre la abundancia de la plaga en el propio olivar. En definitiva, entender si la diversidad del paisaje en cuanto a usos del suelo influye positivamente, es decir, una menor incidencia de la plaga en el olivar, si se compara con un paisaje de olivar continuo».
El coordinador del mismo, José Paulo Sousa, profesor del Departamento de Ciencias de la Vida de la FCTUC, eligió 79 puntos de muestreo, distribuidos entre los usos de suelo más comunes detectados en el área de muestreo (un área de 10km x 10Km) .
Daniel Paredes afirma que «Además de las zonas de olivar, se muestrearon zonas dominadas por bosques autóctonos (vegetación arbustiva), zonas de alcornocales, dehesas, viñedos y plantaciones de eucalipto y pino marítimo»
La conclusión del estudio es que los paisajes más diversos que rodean los olivares reducen la abundancia de la mosca del olivo.
Por tanto, pese a que hay que analizar más a fondo, con una estrategia de menor monocultivo sería viable poder combinar olivar y otros aprovechamientos, reduciendo la potencialidad de que haya plaga de mosca y además reduciendo el coste económico de tratamientos químicos, así como la pérdida de cosecha por la picada del fruto.
En nuestras fincas en Oro del Desierto siempre hemos observado que hay una incidencia de mosca del olivo mínima o nula, sin aplicar ningún tratamiento más allá de las botellas o trampeo masivo en los años algo húmedos en primavera. Siempre hemos pensado que se debe la climatología seca no favorecía la proliferación de la mosca, lo cual, por otro lado, está demostrado, pero es cierto que los paisajes mezclados con el olivar en nuestra finca son extraordinariamente diversos, monte, cereal, ramblas, zonas no cultivadas, almendro, viña… Por lo tanto, es posible que esto sumado al clima permita que tengamos un fruto tan sano sin necesidad de tratamientos fitosanitarios en producción ecológica aquí.