Un grupo de científicos españoles e italianos han elaborado un decálogo para sentar bases de una futura etiqueta nutricional en el frontal de etiquetas de alimentos. Para con esto tener una base común y que pueda ayudar al consumidor a tomar decisiones de compra mejores para su salud.

Se han acordado lo que se define como 'Principios para la definición de etiquetas nutricionales frontales de envase (FOPNLs) - Taller de investigadores italianos y españoles' esto se ha realizado en un taller celebrado en la Universidad La Sapienza de Roma y que se ha organizado por el Instituto de Alimentación Unidad de Investigación Científica del Departamento de Medicina Experimental de la Universidad La Sapienza y el Comité Nacional de Bioseguridad, Biotecnología y Ciencias de la Vida (CNBBSV) de la Presidencia del Ministro.

Los principios para establecer un etiquetado nutricional frontal según este enfoque serían para cumplir con las directrices de la Comisión Europea destinadas a incentivar al consumidor hacia una dieta más saludable.

Esto no debe ser imponer una norma, sino más bien acordarla y adecuarla a la realidad. Por lo tanto, la FOPNL lo que trata es de proporcionar información a los consumidores de una dieta saludable y que puede influir positivamente en su calidad de vida.

Ningún alimento aisladamente por sí puede representar un riesgo o beneficio para la salud según los FOPNL, sino que se debe enfatizar el patrón completo de alimentación hacia modelos que se han demostrado saludables, todo combinado con tradición, hábitos de vida y aspectos sociales. Teniendo en cuenta combinación correcta de alimentos, para seleccionar según necesidades individuales específicas.

Limitaciones según los científicos:

1. Arbitrariedad de algoritmos: Los sistemas “prescriptivos” como Nutriscore evalúan los alimentos y su valor nutricional con algoritmos arbitrarios y usualmente mal definidos.
2. Estándar de referencia no real: los sistemas “prescriptivos” se basan en una calidad estándar de 100gr o 100ml de alimento que no se corresponde con las porciones que usualmente se consumen de los mismos en la dieta.
3. Limitaciones del algoritmo: El color o letra final es resultado habitualmente de una combinación desconocida de factores.
4. Pérdida de información para grupos vulnerables
5. Limitación de parámetros, prevaleciendo los considerados negativos.
6. Bajo potencial educativo: Las indicaciones conducen a evitar el consumo de un determinado alimento en lugar de adquirir una correcta conducta nutricional.
7. Disminución de la eficacia de los mensajes negativos con el tiempo.
8. Efecto halo de sobreestimación de efecto positivo de los alimentos etiquetados en “verde” o con A.
9. Enfoque simplista que basa el razonamiento de dieta en alimentos para comer o evitar y es incapaz de promover patrones dietéticos que han demostrado ser eficaces en la prevención de enfermedades crónicas y/o degenerativas.
10. Falta de evidencia de eficacia real a nivel científico: La evidencia actual, muestra un efecto sobre el “consumo” de determinados alimentos, pero no sobre su impacto en la “salud” de los consumidores.

Está claro que alimentarse bien cada día es más importante para la población, sin embargo, promover sistemas de etiquetado que puedan conllevar más confusión al consumidor no ayuda y tenemos el ejemplo de NUTRISCORE como un sistema ineficaz y que según los expertos de España e Italia recae en la mayoría de limitaciones del decálogo.

Desde Oro del Desierto nos reafirmamos en que Nutriscore no debe de ser incorporado a la normativa europea y que hay que buscar alternativas más eficientes y justas con los productores, así como con la realidad nutricional y el beneficio de la salud del consumidor.