El aceite de oliva, casi omnipresente en la mundialmente laureada dieta mediterránea, regenta la cocina y domina desde los entrantes y ensaladas hasta muchos postres típicos mediterráneos. Y, si bien está en casa de toda la vida, se han continuado algunas costumbres que debieran evitarse.

Cómo conservar correctamente el aceite

Hoy vamos a revelar algunos de los usos que son preferibles dejar atrás.

• Y empezamos con la ubicación en la que guardar nuestro aceite. Esa ubicación debiera ser un lugar mágico. Una caja fuerte que conservará las propiedades de nuestro oro líquido, de nuestro aceite. Es primordial que el lugar seguro esté ausente de olores, calor y humedad. Vox populi, ¿Verdad? Pues continuamos olvidándonos un factor determinante en ocasiones. La luz. Elemento crucial que puede deteriorar las propiedades de nuestro aceite. Así que,  la caja fuerte,  cerrada a cal y canto y sin luz.
• Hemos terminado de utilizar nuestro aceite, y lo vamos a conservar en un lugar idóneo. ¿Qué más riesgos podría afrontar? Pues bien, si tras cada utilización no cerramos adecuadamente la botella, no nos habrá servido el cuidado empleado para guardar nuestro aceite.

Cómo aprovechar hasta la última gota de nuestro AOVE

A continuación, ¿cuál sería nuestro siguiente desafío? La economía. La extinta peseta, o el presente euro. Como guste. En muchos hogares a pesar del empleo diario del aceite de oliva virgen extra, no es necesario la compra de garrafas de 5L (o más). Pues de esos hogares son en los que nos vamos a centrar. Una vez extraído el aceite de oliva, en ese momento, es cuando en el aceite se alcanza la máxima calidad que va a tener en su ciclo de vida. Es decir, cuanto más tiempo pase hasta su consumo mayor será el deterioro. Solamente cada hogar podrá valorar si merece la pena la utilización de garrafas de aceite. Donde se pondera el precio y la cantidad de aceite que se utiliza al mes. Si empleamos una garrafa de aceite al año, posiblemente el dilema euro versus calidad, estará resuelto.

Distinguir entre aceite de oliva y virgen extra

¿Cuál es el siguiente reto? Distinguir adecuadamente entre aceite de oliva y aceite de oliva virgen extra. Ambos son aceites de oliva y, en boca de algunos conciudadanos “no habrá mucha diferencia”. Y ciertamente puede sonar hasta sensato.
Y es sensato. Aunque existe una enorme diferencia entre la calidad de un aceite de oliva virgen extra y un aceite de oliva (“a secas”). Solamente el aceite de oliva virgen extra garantiza una extracción sin aditivos químicos de ningún tipo. Es decir, una extracción mecánica. Mientras que el aceite de oliva puede conllevar, y suele hacerlo, otros procesos o mezclas con otros aceites.
Dicho de otra manera, el virgen extra es un zumo 100% de aceituna. El mejor aceite posible.
Y dentro de los virgen extra, aunque no existan categorías como tal, podremos encontrar diferencias enormes de calidad basándonos en:

• Cultivo ecológico.
• Tiempo transcurrido desde la recolecta a la extracción.
• Proceso de extracción en frío.
• Y un largo etcétera.

Aunque si me permitís abreviarlo, la máxima calidad de un virgen extra la podrás poner encima del mantel con una marca de confianza. ¿Cuál te vamos a proponer?… Obvio: Oro del Desierto. Al fin y al cabo, no todas las marcas ni almazaras alcanzan la máxima distinción a nivel mundial en más de 250 ocasiones...

Y por último, estamos listos para lanzar la pregunta clásica. Debate de tertulias sin fin. ¿Se puede reutilizar el aceite de oliva para las frituras? El aceite de oliva es más estable a altas temperaturas que otros aceites, como por ejemplo los aceites de semilla (girasol, palma…). Y sus propiedades están garantizadas para varias frituras. Aunque, sin olvidar, que es importante filtrarlo y conservarlo adecuadamente como hemos comentado más arriba.