Hay muchos estudios al respecto de cómo gestionar los residuos procedentes de los procesos tanto de extracción del aceite de oliva, como del procesado de aceitunas de mesa.
Hace años en la Universidad de Granada se identificó mediante un estudio la viabilidad del alpechín o agua residual de la almazara como fertilizante para los propios olivares. Es más, ese estudio derivó en 2014 en una normativa de autorización de vertido de dicho alpechín de las almazaras como fertilizante siempre que fuese en una dosis de 500m3/Hectárea y año y en fincas que estén en ubicaciones no próximas a términos municipales ni cauces fluviales.
Por tanto, se puede reutilizar el agua de una almazara en fertirriego de olivares y otros cultivos.
Siguiendo en esta línea de pensamiento, el departamento de Biotecnología de Alimentos del Instituto de la Grasa (CSIC), y del Centro de las Torres del IFAPA ha estudiado que las aguas del proceso de curación de la aceituna de mesa dan buenos resultados como fertilizante.
Al parecer, tanto en tamaño de la planta como en producción hay mejoras con respecto a regar con agua normal. Dicho estudio se ha hecho en tomateras, pepinos, pimientos y fresas, todos hortícolas cultivados en España y Andalucía.
El agua usada ha sido de aceitunas verdes al estilo español, así como aceitunas negras oxidadas. Esta agua de fermentación se ha sometido a evaporación para su estabilización y se han mezclado o diluido con agua corriente para obtener una dosificación adecuada en porcentaje como cualquier abono comercial.
También se experimentó en fresas, las cuales además de mejor resultado productivo tuvieron menor incidencia de la infección del oídio, causada por el hongo Podosphaera aphanis. Los cultivos de esta fruta tratadas con el nuevo fertilizante presentaban de un 20 a un 30 % menos de esta enfermedad que las no tratadas. Esto puede deberse a la acción antimicrobiana de algunos componentes en el agua de la aceituna, procedentes del fruto.
Los investigadores han sido: Manuel Brenes, Concepción Romero, Pedro García y Eduardo Medina, investigadores responsables del estudio.
Es muy interesante ver cómo tanto en el proceso de obtención del aceite de oliva virgen como en el de curación de aceituna de mesa los residuos acuosos pueden ser usados como fertilizante siempre que se apliquen dosis adecuadas. Lo cual hace este sector si cabe aún es más sostenible a macro escala.
Cabe destacar que en Oro del Desierto el agua generada en la almazara es reciclada en la planta de compostaje de la empresa, donde dicha agua se usa para humedecer el compost durante el proceso de fermentación del mismo y ayudar así a producir un fertilizante sólido que se usa como ya hemos comentado en nuestras fincas. Por lo tanto, tenemos totalmente integrada la gestión de nuestros residuos valorizándolos como fertilizante, de manera diferente a la propuesta por este estudio, pero igualmente eficiente.
Referencias: https://digital.csic.es/handle/10261/190338 ‘Effect of table olive wastewaters on growth and yield of cucumber, pepper, tomato and strawberry’, publicado en Food Control.