El aceite es una fuente energética excelente para el ser humano donde sabemos a golpe de investigaciones, en una amplia variedad de artículos científicos, que sus grasas son todo un plus alimenticio. Y su alcance positivo no acaba ahí: sus micro nutrientes son el segundo plus para un alimento que bien podría ser considerado superalimento en cuanto a propiedades nutricionales saludables.
Si no tuviste ocasión de leer en nuestro blog algunos de estos beneficios, resaltamos:
Y ahora nos centramos en un aspecto fundamental: La energía.
El aceite de oliva es un alimento rico en energía, concretamente, rico en grasas. Lo cual en estos términos viene a ser sinónimo. El análisis de sus propiedades ha sido amplia y abiertamente debatido como muy beneficioso y es que presenta una composición rica en grasas saludables. Energía saludable.
Antes de continuar, ¿cómo se mide la energía de los alimentos? Se mide con el calor, que es una forma de energía, necesario para elevar la temperatura del agua en un un grado centígrado.
¿Explicamos esto un poco más? El alimento se utilizará a modo de combustible, prendiéndole fuego. Y la cantidad habitual en que se mide el calor que desprende es por cada gramo de alimento. De tal manera que, si al prender en llamas el alimento en cuestión, éste es capaz de calentar el agua 10ºC entonces tendrá 10 kcal. Y aún así, las kilocalorías (kcal) contenidas suelen escribirse en proporción por cada 100 gramos de alimento.
La cantidad de energía que aporta un alimento depende de su composición interna. Ésta puede desglosarse en tres tipos:
Por tanto, ya podemos anticipar a groso modo la cantidad de kcal del aceite de oliva, un alimento formado mayoritariamente por grasas. Y no nos equivocaríamos al pensar en que su poder calórico oscila en torno las 900 kcal por cada 100 gramos.
El aceite, al igual que todos los alimentos, es aconsejable consumirlo en cantidades recomendadas, donde los excesos dejan de ser beneficiosos. Dicha cantidad recomendada, por persona y día se estima en unos 45-50ml de aceite. O dicho de otra manera, en 3 o 4 cucharadas soperas. Lo cual nos llevaría a unos 18 litros de aceite al año por persona para aportarle a nuestro cuerpo la suficiente energía con grasas saludables necesarias junto a otros micro nutrientes presentes e imprescindibles.
La clave está en las grasas. No todas son iguales ni igual de beneficiosas. La grasa del aceite está formada casi un cien por cien por triglicéridos. Dentro de los cuales contamos con los ácidos grasos:
Como anticipábamos en el párrafo anterior, no todas las grasas son saludables. Por ejemplo, las grasas trans, que trataremos más adelante, son ácidos grasos instaurados que se forman de manera industrial. También son conocidos como “ácidos grasos trans”, “hidrogenados” o “grasas trans-colesterol”. Lo cual, sus riesgos y contras, han sido advertido en numerosas ocasiones por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Afortunadamente, ninguna de esos tipos de grasas perjudiciales se encuentran en el aceite de oliva.