A continuación os presentamos un artículo con muchas preguntas. Pero por suerte vamos a contar con parejas respuestas.
¿Sería posible que acaben 'elementos autorizados para su comercialización' con destino el consumo humano? Sí.
¿Autorizados por el Gobierno? Sí. A fin de cuentas, el Gobierno también permite sustancias intrínsecamente nocivas como el tabaco. Sin embargo, en el caso de la alimentación, intentan combatir estos elementos a largo plazo. Revisando, aprendiendo de la evidencia científica y, como consecuencia, reduciendo los niveles permitidos. Ocurre como con el COVID, es necesario un aprendizaje continuo. Una mejora continua, sin levantar la guardia.
¿Qué hacen exactamente desde la Administración Pública?
Actualmente la legislación vigente recomienda la revisión continua de los niveles máximos de estos contaminantes en los diversos productos de alimentación.
En el AOVE no se ha detectado la presencia de contaminantes en el proceso. Estamos a salvo. Pero, y este es un gran pero, sí en el aceite de oliva refinado. Como recordaréis, anteriormente ya os hemos hablado de las carencias del aceite de oliva refinado comparado con el AOVE.
Cuando se habla de elementos nocivos o contaminantes, citamos por ejemplo uno de los compuestos: los ésteres de cloropropanoles. Se pueden generar en alimentos grasos, y en su forma libre llegar a ser cancerígenos para el ser humano. Aunque existen muchos más compuestos desgraciadamente.
¿Cómo llega a ocurrir?
Durante el procesado de alimentos, a veces a altas temperaturas, potencialmente se produce la generación de elementos contaminantes, incluso potencialmente tóxicos. Éstos disminuyen el valor nutricional de los alimentos y podrían tener adversos efectos sobre la salud humana.
¿Quiénes estudian dichos compuestos?
La comunidad científica y el mundo académico. En España, contamos con el QACIAMBI, el grupo de Química Analítica de Compuestos de Interés Alimentario, Medio Ambiental y Biológico de la Universidad De Santiago de Compostela, el cual cuenta con fondos nacionales y europeos.
¿Qué han detectado en relación con el aceite y las grasas?
Que muchos de estos compuestos se generan cuando los alimentos en alto contenido graso, donde se pueden incluir los aceites y fritos industriales, se someten a procesos térmicos de refinado.
Exacto. Es precisamente por la naturaleza del proceso que el AOVE queda exento de la generación de estos elementos nocivo-contaminantes. Debido a que la temperatura de producción del AOVE no alcanza altas temperaturas. Y en Oro del Desierto podemos además asegurar que no se superan los 27º C en la extracción del zumo de oliva virgen extra.
A día de hoy aún existen números incógnitas en Salud. Sin embargo, la tendencia hacia la alimentación natural, sana y variada muestra la reducción de potenciales problemas de salud. Y es nuestro compromiso en Oro del Desierto, cada año, el producir el mejor AOVE posible. Siendo nuestro motor la búsqueda de la máxima calidad, saludable y sostenible.