¿Qué os parece esta idea? Se nos ha ocurrido algo que consideramos que puede ser de vuestro interés. Todos los que amamos el aceite de oliva virgen extra lo consumimos habitualmente de mil maneras: En crudo sobre tostadas de pan o ensaladas, cocinado en fritos o a la plancha, en guisos, al horno, en postres… Pero hay algo que no todo el mundo sabe hacer es “catar” un AOVE.
Y vamos a ver la cata como una valoración de disfrute hedonístico en casa, no la cata oficial de panel test para el mercado, ni para concursos, etc… Aprender a catar las diferencias en diferentes aceites y catarlos en casa con amigos antes de una comida puede ser una gran idea y muy sorprendente. Os explicamos cómo hacerla.
Cómo hacer un cata de Aceite virgen extra en casa
- Preparar los aceites que queremos catar. Podemos catar cualquier tipo de aceite de oliva que tengamos en casa. Lo ideal sería tener al menos 2 o 3 diferentes calidades o variedades para comparar. Envases que no estén abiertos desde hace mucho tiempo o que vayamos a abrir ese mismo día sería ideal.
- Para catar, el único elemento que necesitaremos será una copa de cata para cada aceite a probar. Como las oficiales son costosas y difíciles de conseguir, con una copa de cristal para vino podría valernos, o quizás catavinos más cortos. Siempre copas limpias y sin olor a nada ¿De acuerdo? Esto es una obviedad, pero si está sucia la copa o tiene olor a detergente pues nos altera la apreciación del aceite, ¿Lógico no? Alternativa: vasitos de plástico tamaño chupito. Importante que no sean muy grandes (mejor vidrio para catar y para el medio ambiente también mejor no usar plástico de un solo uso…)
- Vertemos en cada copa de cata unos 2-3ml de aceite, no es necesario mucho, pero al menos esa cantidad es lo bastante para percibir las sensaciones.
- Tapamos con un posavasos o un papel limpio la copa para que el aceite desprenda volátiles que queden dentro de la misma.
- Cogemos la copa con la mano por debajo calentando el aceite con la palma y el contacto con la copa por la parte donde está el aceite. Si el AOVE está un poco atemperado libera mejor los volátiles y aromas que tiene
- Abrimos la copa quitando la tapa improvisada y olemos dentro, bien dentro, no tengáis miedo a meter la nariz, el AOVE no es como el vino, percibir sus aromas correctamente en aceites de frutado ligero precisa de acercar la nariz al aceite.
- Después de olerlo varias veces, luego damos un sorbito (no es necesario beberlo todo, con un sorbito pequeño basta) y no se mete a la garganta de golpe, se mete en la boca, se saborea, se aspira un poco de aire y una vez está mezclado con la saliva se traga poco a poco para percibir el sabor y sensaciones que nos deja.
- Tras catar un aceite, comemos un poco de pan blanco, bebemos agua y al siguiente.
- Una vez acabado, el resto de los aceites en las copas se pueden consumir a continuación por cada comensal en su plato, con pan o como prefiera. Tirarlo sería un desperdicio inútil, tras catarlo... a comerlo.
¿Parece difícil, no? Bueno, ser un catador experto es tremendamente complicado, pero aprender lo básico a base de catar muchos aceites es fácil y sirve para tomar buenas decisiones para comprar y de cómo combinar con diferentes alimentos según nuestro gusto y el tipo de aceite que sea. Os hacemos un resumen de lo que se puede percibir; algo muy sencillo, como guía:
- En nariz: Debemos percibir el aroma del aceite o frutado.
- Lo primero sería pensar ¿Tiene olor? ¿Y si lo tiene es intenso, medio o suave? Esto es fácil, si destapamos y olemos casi desde lejos es intenso, si acercamos a la copa y olemos conforme nos aproximamos, medio. Y si hay que meter bien la nariz para oler sería ligero. Igual no huele a nada… Entonces si no hay frutado, es comestible, no temáis, pero si no huele a nada no es buena noticia en cuanto a calidad, no sería un AOVE.
- ¿A que huele el aceite? Pues según la calidad, variedad, maduración y si es AOVE auténtico o no, puede oler de distinta forma, pero como norma general los aromas frescos que recuerdan a frutas y/o verduras y vegetales de diferente tipo sean verdes o maduros son buenos indicadores de calidad. Si por el contrario olemos a Vinagre, Rancio, Fermentacion (como cuando la fruta se pone pocha en el frigorífico), humedad, madera, quemado… Esto son sensaciones de defectos que indican poca frescura y pobre calidad. Un buen AOVE suele oler a hierba, tomate, almendras o alloza, cítricos, plátano, nueces, aromáticas, muchísimas cosas que pueden estar y son positivas. Si huele a cosas raras y no propias del mundo vegetal malo… ¿comprendido, verdad?
- En boca: Debemos percibir el sabor y el regusto
- De nuevo al meter en la boca percibiremos diferentes sensaciones en nivel de intensidad. Si no hay sabor ninguno a nada, mala noticia, un aceite plano sin sabor no es un buen aceite en cuanto a calidad, ¡Eso sí comestible no temáis!
- Amargo: Aquí llega una de las cosas que no a todo el mundo le gustan, el famoso amargor del aceite. Bueno pues su aparición en boca es absolutamente natural, el aceite de oliva virgen extra es un zumo de aceituna y la aceituna cruda amarga, con lo cual es normal que amargue un AOVE. No os asustéis, este sabor se percibe al final de la lengua y es indicativo de alto contenido en oleuropeína un antioxidante natural presente en el producto. Inciso: ¿A alguno os gusta la cerveza? ¿Es amarga? ¿La primera vez que la probasteis os resulto raro ese sabor? ¿La seguís consumiendo? ¿Y el café?¿Y el gin tonic?… Podría seguir hasta el infinto… Pues eso que el amargo es un sabor natural que tienen algunos alimentos, como la endivias, lombarda, café, chocolate sin azúcar y el AOVE también. Ahora algunos aceites amargan mas que otros y estos combinan bien con algunos alimentos mejor que otros.
- Picante: Otra de las sensaciones del AOVE que no a todo el mundo le gustan. Esto más que un sabor es una sensación táctil en la boca y garganta. Esta es una sensación acumulativa, es decir cuánto más comas o tomes más parece picante, es debido a que es una sensación táctil dentro del paladar y cuanto más aceite haya en contacto con el, pues más picará. Por ejemplo las guindillas, pimienta, cebolla cruda… Y el buen AOVE también, en este caso es por otros antioxidantes naturales como el oleocantal (antiinflamatorio natural) que resultan picantes en la boca. El picante del AOVE se va perdiendo con el tiempo y pasa la sensación más rápido que con otros alimentos, de nuevo es un buen indicador de la calidad y frescura de la aceituna de la que procede.
- Retrogusto: Equilibrio entre el amargo, picante y la nariz percibido por vía retronasal, puesto que tenemos conectada la boca y la nariz muchos de los aromas percibidos en nariz los recordaremos en boca. De nuevo como en nariz un AOVE que no sabe a nada no es un buen AOVE, debe tener sabor aunque sea muy ligero para considerarse Virgen Extra.
En fin, básicamente oler y probar el aceite solo para percibir cómo es, a qué huele y a qué sabe.
Os proponemos, si queréis practicar con algo fácil para comenzar, poner en una de las copas un AOVE de cosecha temprana de más calidad como los que elaboramos en Oro del Desierto y en otro, un aceite de supermercado de los más económicos o en oferta. Os sorprenderá la diferencia entre uno y otro. Es una buena manera de comenzar a diferenciar…
Ya hicimos un artículo sobre la valoración organoléptica regulada. Os lo dejamos por si queréis volver a él y adentraros más en el mundo de la cata profesional de AOVE.
Sin duda, es una grasa comestible y como bien indica esto último es un alimento, no un perfume, pero catar un AOVE y luego, comerlo es disfrutarlo doblemente, primero en la cata y luego en la comida ¿Qué os parece?