El IFAPA de Córdoba, la Universidad de Córdoba y el CEIGRAM están trabajando en una simulación con información meteorológica que posibilita crear escenarios diferentes para evaluar la adaptación del olivar andaluz en diferente zonas. Este sistema se ha bautizado como Adapta Olive 2.0
El modelo usa ecuaciones para simular el comportamiento del olivo y los cambios que acontecen en el mismo en condiciones meteorológicas extremas o anormales en un futuro a 20-40 y 50-70 años vista. Los escenarios considerados se basan en datos climáticos del periodo 1980-2010 de AEMET en diversas localidades. Se han creado así 149 combinaciones de clima con potencial previsto para el futuro.
El estudio contempla: estudios de clima perturbado (PC) = permite a los investigadores evaluar el comportamiento del olivar ante cambios de temperatura o variaciones de precipitación y de superficies de respuesta al impacto (IRS) = permiten realizar un análisis continuo del comportamiento del cultivo y detectar umbrales críticos de respuesta.
“Por ejemplo, los fallos en la floración que podría generar el impacto del incremento de las temperaturas en invierno cuando ésta sobrepasa un determinado umbral”, explica José Manuel Cabezas Luque, del IFAPA, ya que el aumento de temperaturas invernales podría provocar que el cultivo no acumule las horas de frío necesarias para la floración.
El modelo contempla un balance hídrico en el suelo para determinar el estrés por falta de agua, principal razón de pérdida de productividad del olivar y evalúa las temperaturas elevadas o muy frías que también limitan la función biológica del cultivo causando potencialmente reducción de cosecha o floración ineficiente por escasez de frío invernal.
El estudio se ha centrado en la variedad picual por ser la mas representativa del territorio Andaluz y nacional.
Debido a la gran cantidad de climas en la cuenca mediterránea, el estudio ha evaludao tres zonas: Inviernos fríos y secos (Granada y Jaén), inviernos suaves (Sevilla y Cadiz) y condiciones intermedias (Córdoba).
Según los investigadores, las zonas de mas riesgo son las costeras al final de la cuenca del Guadalquivir debido al aumento de temperaturas en invierno. También el secano de Jaén puede verse seriamente afectado por la reducción de precipitaciones prevista en los modelos de cambio climático.
Opinión en Oro del Desierto:
El cambio climático es un hecho demostrado ya por evidencias científicas y hay que adaptarse a él. El olivar como cultivo al aire libre y expuesto a estos factores de menor precipitación y más calor requiere que los agricultores tomemos todas las medidas necesarias para adaptar nuestra plantación lo máximo posible antes el empeoramiento de las condiciones climáticas para el cultivo. De esto somos prueba fehaciente, puesto que nuestra zona se asemeja más a Granada y Jaén (no incluida en el estudio, Almería suele dejarse fuera de este tipo de estudios porque el olivar no representa una superficie tan grande como en estas otras provincias) y en efecto lo mas limitante es la acuciante ausencia de precipitación, para solventarlo un buen manejo del suelo, cubierta vegetales y sobre todo un riego muy eficiente, enterrado para evitar evaporación, con sistemas de control de humedad, estación climática… Es la solución para mantener una producción sostenible y adaptarse a las condiciones no tan favorables del Desierto de Tabernas. Que nos deparará el futuro no lo sabemos, pero tendremos que prever y dar pasos para tener una explotación sostenible.